Os dejo un enlace a la reseña: Fuego y espinas
Su respuesta sigue sin llegar, así que tiro del cordón
del neopreno que llevo puesto para bajar la cremallera.
(...) Tras un breve forcejeo, me lo bajo hasta la cintura,
dejando al descubierto la parte superior del bikini azul
que llevo debajo.
-¿Es una invitación?
-No -respondo tajante.
-Lo parece.
-Créeme, no lo es.
(Siah y Stone)
Nunca me gustó Stone, me parecía un muchacho siniestro
en su momento y me lo parece ahora, pero su olor a lluvia,
tierra húmeda y bosque me llena de repente en la nariz y
hace que algo se remueva en mi interior.
(Siah)
Lo primero que hace Stone al entrar en la terminal es irse
directo hacia una gran jardinera que decora uno de los
restaurantes de comida rápida. Lo observo con curiosidad
y no puedo evitar abrir los ojos como platos cuando restriega
las manos contra la tierra de esta y acaricia las hojas de las plantas.
-Eres un poco rarito. -Es todo lo que se me ocurre decir cuando
se sitúa a mi lado.
-No soy yo el que ha cerrado los ojos durante el despegue y se ha
puesto a sonreír como un enajenado mental. Deberías haberte visto.
(Siah y Stone)
-¿Me estás tomando el pelo?
-No es el pelo precisamente lo que me gustaría tomar de ti -contesta
él, con tono socarrón.
(Siah y Stone)
Contengo el impulso de acercarme hasta la cama para
coger la camiseta que he dejado sobre ella antes de
meterme en la ducha, reacia a mostrar ninguna debilidad
ante él, y aguanto el análisis profundo al que me está
sometiendo. (...)
-Siento no haber anunciado mi visita -dice cuando termina
su escrutinio, y sé que no se arrepiente en absoluto-, aunque
veo que ya me estabas esperando.
(Siah y Stone)
Al girarse, casi deseo haberme mordido la lengua. La ira
brilla en sus ojos. Es como si un huracán furioso se hubiera
colado en la habitación y me zarandeara de un lado a otro.
Dentro de mí todo se agita, mi estómago se contrae y mi
corazón emprende una carrera frenética hacia ningún lugar.
-Te queda mucho por aprender antes de poder amenazarme,
Siah -comenta entre gruñidos -. No vuelvas a hacerlo hasta
que seas capaz de cumplir con tus palabras.
(Siah y Stone)
Su tono destila violencia, lo que provoca que se enciendan
en mi interior todas las alarmas que hasta ahora habían
permanecido silenciadas. Antes de que sea consciente de lo
que hago, mi rodilla se eleva y golpea con fuerza su entrepierna.
El impacto hace que Stone pierda el equilibrio y se desplome de
rodillas sobre el suelo.
-No me subestimes. -Escupo las palabras mientras contemplo
cómo se retuerce.
(Siah)
Su pecho está contra el mío y mi vestido comienza a mojarle
a camiseta. Noto la calidez de su aliento sobre mis labios.
Huele a menta.
Puedo sentir cada latido de su corazón y el mío, traidor, se acopla
a su ritmo acelerado. Las manos me hormiguean y, sin ser
consciente de ello, he cerrado los ojos para aspirar su aroma.
(Siah)
-Quiero verla -exijo, sin apartar mis ojos de los suyos.
Las comisuras de sus labios se elevan.
-Pensaba que no me lo pedirías nunca.
Murmuro varios insultos entre dientes, aunque lo que en
realidad me apetece es estrangularlo hasta que esa sonrisa de
superioridad desaparezca de su rostro.
-La brecha -añado, suspirando con resignación -, me refería
a la brecha.
(Siah y Stone)
-Mira allí -me ordena, y señala un gran olmo que a mí no
me parece muy diferente del resto.
-Vale, hay un árbol. ¿Y qué? Por si no te habías fijado
estamos rodeados de ellos.
Farfulla algo entre dientes que no entiendo, pero no tiene
pinta de ser agradable.
-Concéntrate, ¿quieres? Joder, eres peor que un simple humano.
¿Qué mierda le han hecho a tu cerebro?
-A mi cerebro no le pasa nada, eres tú el que parece tener
un problema de excesiva imaginación.
Su mirada me recorre de arriba a abajo.
-Si yo te contara -repone con expresión lujuriosa.
(Stone y Siah)
Sería una idiota si no reconociera que, a pesar del carácter
prepotente y vanidoso de Stone, hay algo que se revuelve
con frenesí en mi interior cuando él está cerca. El deseo
es algo muy puñetero, y yo siempre tiendo a desear lo que
no debería.
(Siah)
-Sí, sí que lo eres Siah -me contradice él, pronunciando mi
nombre con tanta dulzura que mis ojos se desvían de
inmediato a sus labios -. Sigues a la espera de experimentar
esa conexión que te empuje de manera inevitable, ese hilo
invisible que te una a otra persona y elimine cualquier duda.
Crees que tiene que ser "mágico", que él será capaz de traspasar
las barreras que tu falta de confianza ha erigido en torno a tu corazón.
(Stone)
El espectáculo es cautivador, aunque me avergüence reconocerlo.
No se trata del hecho de que dos tíos -dos tíos que están muy
buenos- se peguen por mí, sino de la danza que se está llevando
a cabo ante mis ojos, algo que parece sacado de algún ritual
ancestral. Y sin embargo, mucho me temo que en esta batalla
no hay regla alguna ni golpes de cortesía.
(Siah)
-Tienes pelo -apunto, cuando al fin caigo en la cuenta.
Él se lo despeina con una mano y aparta la vista avergonzado.
El cabello rubio, que ahora puebla su cabeza y antes de mi siesta
era inexistente, le ha crecido al menos cinco centímetros y se
alborota en todas direcciones. Le da un aspecto de chico travieso,
a juego con la sonrisa que me está dedicando.
-Creo que lo echaba de menos -admite, encongiéndose de hombros.
-¿Cómo lo has hecho? -A pesar de todo parece que conservo la
capacidad de sorprenderme.
-Soy un dríade, podemos hacer crecer prácticamente cualquier
cosa -explica, y su tono descarado me obliga a forzar una sonrisa,
que a su vez hace que la suya se amplíe (...)
(Siah y Liam)
-Si lo desatas, no podrás controlarlo tú sola. Tendrás que
confiar -farfulla en voz baja -. Fe, todo gira en torno a la fe.
(Riala)
-No sé si puedo corresponderle.
-Si tienes siquiera que planteártelo lo más probable es que
no -sentencia ella -. La atracción entre los nuestros es
bastante visceral, algo que nace de muy profundo pero que
lo ocupa todo en nuestro interior.
(Siah y Daniela)
-Mantente alejado de ella -lo amenaza Liam -, ya tienes
lo que querías.
-¿Y tú no? -replica Stone -. Parece que estabas deseando
jugar al hada madrina y meterle en el cuerpo tu varita mágica.
(Liam y Stone)
-Espero que recuerdes eso cuando lo hayas perdido todo,
cuando no te quede nada y lo único a lo que puedas aspirar
sea a que el tiempo amortigüe el dolor de tu desesperanza,
para darte cuenta de que eso ni siquiera es posible porque
te han robado incluso lo que nunca has llegado a conocer.
(Stone)
-No esperes que te diga que no te convengo o que te suelte
un elaborado discurso sobre lo mal que acabará todo esto y
las razones por las que no deberíamos estar besándonos -me
dice sin rastro de burla en la voz -. No hay nobleza en mí y
tampoco tengo alma de mártir.
(...)
-¿Qué es exactamente lo que tratas de decirme? -exijo saber.
(...)
-Que no voy a dejarte ir, que no pienso olvidarme de ti o
castigarte con una fingida indiferencia. (...) Que si te vas,
te perseguiré. Da igual la distancia que te atrevas a interponer
entre nosotros o las barreras que creas que puedes levantar
para escapar de mí. Si alguna vez he sentido algo por alguien,
si alguna vez una persona ha conseguido escarbar en mi
corazón maldito, esa has sio tú, Siah. Nadie más que tú.
Y puede que eso acabe por destruirme o que nos destruya
a ambos. ¡Qué diablos! -exclama elevando las manos y
soltando una carcajada siniestra -. Puede que incluso
destruya ambos mundos...
(Stone y Siah)
-Las palabras son todo lo que me quedan, Siah -susurra
con la voz ronca, no sé si de rabia o de deseo.
(Stone)
La situación me desborda y, embriagada por la magnitud
de lo que estoy descubriendo sobre él, las lágrimas corren
ya por mis mejillas.
(Siah)
Porque si nos quitan la posibilidad de amar, ¿qué nos queda?
Nunca he pensado en todo lo que hay asociado a esa emoción,
de cuántas otras percepciones se entrelazan de forma íntima
con ella y lo que hacen de nosotros.
(Siah)
Mi mente se divide entre el odio que siento por él y la atracción
que ejerce sobre mí, y eso hace que le deteste incluso más
porque no sé en qué lugar nos deja todo esto.
(...)
Y aun así, todo lo que deseo ahora mismo es estar aquí,
entre sus brazos. Y admitir eso no podría ser más doloroso.
(Siah)
-Lo peor no es no poder amarte, Siah -gruñe, inclinándose
sobre mi rostro -. Lo peor de todo es saber que te amaría
si pudiera, que te entregaría mi alma y mi último aliento
si me lo pidieras. No te imaginas lo que es mirarte y que
la sensación de no sentir nada me destroce por dentro, y
que lo único que consiga cada vez que estoy cerca de ti es
que ese agujero de mi interior no deje de crecer y consumirme.
(Stone)
(...) Sé que te amo, Siah. Más que eso. Soy tuyo. Y aunque
jamás podamos estar juntos, nunca podré dejar de pertenecerte.
(Stone)
-Estaré ahí para ti -asegura, y me da un beso en la
frente -. Puede que me comporte como un gilipollas
y que más de una vez desees patearme el culo, pero
seguiré siendo tu Dalhar.
(Stone)
-No me preocupa lo que él sienta por ti, me destroza la
idea de que tú puedas sentir algo por él. De que todos los
huecos y cicatrices que hay en mi interior te empujen a
correr a sus brazos y yo no pueda hacer nada por evitarlo.
(...) Él está completo y yo no soy más que un puzle imposible
de recomponer porque le faltan piezas.
(Stone)
-(...) ¿Alguna vez has conocido a alguien y has sentido que
encajáis de una manera que ni siquiera creías posible?
¿Que rellena huecos y cierra tus heridas? Da igual cuánto
te esfuerces por alejarte, todo te lleva hasta él y en el fondo
sabes que tú quieres que sea así. Y lo único que te queda
por hacer es entregarte a esa persona porque si no lo hicieras
el dolor sería insoportable.
(Siah)
-Quiero que estemos aquí, quiero que esta vez sea de verdad.
Aquello es un sueño que nunca podrá volver a existir y tú eres
mucho más que eso. El dolor lo hace más real que ninguna
otra cosa que haya sentido jamás. Esta eres tú y esto es lo que
queda de mí. Y por mi parte no podría imaginar nada mejor.
(Stone)
-Quiero hacerte el amor. Una vez, y otra, y otra... -gime, y su
respiración se acelera -. Hasta que lo único que sea capaz de
percibir sea tu sabor en mi lengua y el tacto de tu piel bajo mis
manos. Hasta que te conviertas en mi mundo y todo lo demás
no sea más que un sueño. Hasta que solo existas tú.
(Stone)
-Alehar -sollozo, y una lágrima resbala por mi sien y cae sobre
la cama.
Otra le sigue al comprobar que la humedad se acumula también
en los ojos de Stone. Y sé que jamás podré experimentar un
momento tan mágico como este.
(Siah)
-Cada hora de cada día de cada año que he vivido ha merecido
la pena solo para llegar hasta ti, sin importar el sufrimiento o la
soledad que he padecido. (...) Quiero que lo sepas. Pase lo que
pase, nada podrá cambiar eso.
(Stone)
-Te amo, Dalhar. No imaginas de qué forma. Más incluso de lo
que yo mismo creía.
(Stone)
-Tú también te has entregado a mí. Alehar, ¿recuerdas? -señalo,
y él suelta una carcajada.
-Yo me rendí ante ti hace mucho tiempo, Dalhar. Solo que no
lo sabía.
(Siah y Stone)
-(...) No busco caerle bien a nadie. Solo quiero que me permitas
estar a tu lado hasta que mi corazón se detenga.
(Stone)
-(...) Me repetía que no eras nada, solo un recipiente que albergaba
lo que yo necesitaba, pero no podía evitar desear que fueras tú la
que me hiciera sentir algo. Tenías que ser tú.
(Stone)
No me importaría leerlo, me gustan las citas ^^
ResponderEliminarLa historia lo merece, es una de las cosas que más me gusta de Victoria, ya sea por su manera de escribir o sus personajes, engancha mucho. Además, Stone es un personaje muy adictivo, para darle un par de tortas en algunos momentos, pero en el fondo un trozo de pan :D
EliminarMe ha encantado la entrada!!
ResponderEliminarUn saludo!! :)
Gracias ^^
EliminarBuenas citaas! tengo ganas de leerlo <3
ResponderEliminar